Museo de la Virgen

Plaça de Santa Isabel, Elche, Comunidad Valenciana, 03202, España

Datos de contacto


Plaza de Santa Isabel, 6

965 455 661

Martes a sábado: de 10.00 a 14.00 y 15.00 a 18.00 h. Domingos y festivos: de 10.00 a 14.00 h. Lunes cerrado

Información

A lo largo de la historia, los ilicitanos han materializado la devoción hacia su Patrona, la Virgen de la Asunción, en obras de gran valor que sirven para ornamentar su figura o capilla o están relacionadas con sus cultos. Documentos, pinturas, tallas, piezas de orfebrería y un excepcional conjunto de textiles y bordados nos permiten aproximarnos a la imagen ilicitana y sus principales celebraciones.

El Museo de la Virgen, acondicionado en el antiguo vestíbulo de la Capilla de la Comunión de la Basílica de Santa María,  ofrece un recorrido riguroso y ameno a través de estas piezas del arte religioso, datadas entre los siglos XVI y XX. La rotación periódica de las mismas, siguiendo el calendario litúrgico anual, permite que la exposición permanezca siempre viva. Destacan los mantos donados en el siglo XVIII, así como una corona y un copón del orfebre Fernando Martínez de la misma época. También la cama de ébano y plata, magnífica muestra de la orfebrería portuguesa del siglo XVII, en la que se expone la imagen de la Virgen a la veneración de sus fieles en la Octava de la Asunción. Procedente del Archivo Parroquial, el testamento de Isabel Caro de 1523 nos muestra la primera referencia al Misterio de Elche.

Precio de las entradas

General: 2 €

Niños: 1 €

El Museo de la Virgen de la Asunción, Patrona de Elche (MUVAPE) nos cuenta a través de piezas escultóricas, pictóricas, de orfebrería y textiles, datadas entre los siglos XVI y XX, la historia de la Virgen María y la historia de la imagen de la Patrona de la ciudad. Destacan algunos elementos utilizados por dicha imagen durante la celebración del Misterio de Elche.

Los primeros años de la vida de María y su relación con su hijo Jesús se narran con tallas como la de San Joaquín y la Virgen niña del siglo XVIII, la Virgen del Rosario del XVII, una Sagrada Familia del escultor Roque López, discípulo de Salzillo, o un crucifijo de marfil del siglo XVII.

Según la tradición cristiana, recogida en el Misterio de Elche, María vivió en Jerusalén sus últimos años. Allí murió asistida por los apóstoles, pero fue resucitada y subió al cielo en cuerpo y alma. La Santísima Trinidad la coronó como Reina de la Creación. Un relicario de la Virgen y los apóstoles, una pequeña Dormición de María y el estandarte de la Patrona, bordado en seda y plata, objetos todos del siglo XVIII, ilustran este apartado.

 La devoción hacia la Asunción de María fue introducida en nuestras tierras por Jaime I el Conquistador. Los relatos cuentan que el 29 de diciembre de 1370 llegó a una de las playas de Elche un arca en cuyo interior se encontró la imagen de la Virgen y la consueta de su Misterio. Así lo vemos en dos óleos de finales del siglo XIX, que recogen esta tradición local; son obra del pintor ilicitano Fernando Antón, que a su vez copian los que existían en el camarín de la Virgen hasta 1936.

La imagen encontrada fue entronizada en la ermita de San Sebastián donde tuvo su sede la Cofradía encargada de potenciar su culto. En 1648 se trasladó definitivamente a la iglesia de Santa María. Un relicario del mártir San Sebastián, dos impresos del siglo XVII relacionados con la Cofradía de la Asunción y el documento más antigua que hace referencia al Misterio, el testamento de Isabel Caro, escrito sobre pergamino en 1523, nos remontan a esta época.

Entre 1673 y 1784 se levantó la actual Basílica en cuyo camarín central es venerada la figura de la Patrona. La devoción de los ilicitanos ha dado lugar a lo largo de los siglos a numerosas donaciones. Mantos y vestiduras, coronas y joyas, muebles e inmuebles forman el rico patrimonio de la Virgen de Elche. Por ejemplo, el manto azul para la fiesta de la Inmaculada Concepción y el morado para las rogativas, que fueron traídos desde Roma por el obispo Despuig y Dameto en 1795. O el manto «de las Conchas», diseñado por Pedro Ibarra en 1917 para la fiesta de la Venida. O el bordado por las religiosas clarisas de Elche en 1931.

Un papel especial jugó el obispo de Orihuela José Tormo de Juliá. Además de dotar a la ciudad de aguas potables, concluyó a su costa la capilla de la Comunión de Santa María. El 3 de octubre de 1784 consagró el templo y donó al mismo los ricos ornamentos utilizados, así como el copón en el que repartió la comunión, una espléndida obra del orfebre valenciano Fernando Martínez.

El punto central de la fingida capilla del museo está dedicada a la Dormición de la Virgen y recrea el gran lecho que entre el 15 y el 22 de agosto, tras la celebración del Misterio, se levanta ante el altar mayor de Santa María. Se trata de una cama portuguesa del siglo XVII, de madera de ébano y adornos de bronce y plata, que fue donada a la Virgen ilicitana por el duque de Aveyro. Sobre la misma se muestra una talla de María en su Tránsito del siglo XVIII.

El pequeño deambulatorio, en donde dos audiovisuales explican el contenido del mismo, está dedicado a la celebración principal de la Virgen:  la Festa o Misterio de Elche, que tiene lugar cada  14 y 15 de agosto. Gracias a un privilegio del Papa Urbano VIII (1632) se sigue representando en el interior de la Basílica esta obra de origen medieval que nos muestra los últimos días de la vida de María, su muerte, Asunción y Coronación. El Misterio de Elche es Monumento Nacional  desde 1931 y Patrimonio Inmaterial de la Humanidad desde 2001. Entre las piezas relacionadas con esta celebración, podemos contemplar el cantoral miniado del siglo XVIII con el antiguo oficio de la Asunción, una guitarra de 1772, obra del maestro sevillano Joseph de Frías, donada a la imagen de la Virgen para ser utilizada en el coro del Araceli, y la cabecera de la camilla procesional, de terciopelo bordado en oro y plata y con pedrería, del siglo XVI.

Una sala interior nos permite ver un antiguo muro exterior de la iglesia que quedó oculto tras la construcción de la Capilla de la Comunión como atestiguan dos inscripciones originales de 1711 y 1712. Esta cámara está dedicada a los objetos más valiosos de la Patrona. El manto «brochado» del siglo XVIII, de tisú de oro bordado en plata, la corona donada por el mismo obispo Tormo para las grandes solemnidades, también del orfebre Fernando Martínez, y una muestra de las diferentes joyas que a lo largo de los tiempos ha recibido la imagen como ofrenda de sus devotos. Una arqueta de plata de 1940 rememora la construcción de la nueva imagen de la Patrona por el escultor José Capuz en 1940.

Finalmente, una referencia a la Eucaristía: una arqueta eucarística con ostensorio, de plata dorada, original del siglo XVI aunque reformada parcialmente en el XX.

Con el fin de que el Museo permanezca vivo y pueda exponer todo el ajuar de la Virgen, está prevista la rotación de algunas de sus piezas, fundamentalmente las textiles, que se hace coincidir con el calendario litúrgico.

Bibliografía básica:

  1. Castaño García y M. Gertrudis Jaén Sánchez, «El Museo de la Virgen de la Asunción, Patrona de Elche: instalación técnica y discurso expositivo», Facies Domini, 3 (2011), p. 325-356.

El actual Museo de la Virgen de la Asunción, Patrona de Elche (MUVAPE) es heredero directo del museo parroquial inaugurado en la Basílica de Santa María el 29 de diciembre de 1958.

El museo estaba situado en las dependencias del antiguo archivo del templo, tres salas existentes sobre la sacristía y ante-sacristía a las que se accede por la misma escalera que conduce al camarín de la Virgen y a las tribunas o balcones. La iniciativa del entonces Arcipreste, José Ródenas Abarca, fue secundada por Juan Gómez Brufal, archivero de la Basílica entre 1952 y 1982, encargado de dar vida al nuevo Museo con piezas religiosas que habían sobrevivido al incendio de 1936. Este centro se convertía en el segundo museo local tras la creación del Arqueológico Municipal en 1940 para exponer la colección del erudito historiador Pedro Ibarra y Ruiz (1858-1934).

Su sala central, la más amplia, presidida por un pequeño retablo de la Asunción original de 1735, recordaba su uso como oratorio de la llamada «Escuela de María», congregación organizada por una misión jesuítica que tuvo lugar en dicho año. En este espacio fueron situados los objetos de mayor tamaño: la gran cama de ébano y plata donada a la Virgen por el duque de Aveyro y señor de Elche en el siglo XVIII; la urna rococó del Monumento del Jueves Santo, de madera tallada y dorada  (1760), un Cristo crucificado de tamaño natural procedente de la desacralizada ermita de San Sebastián (s. XVI?), el tenebrario del Oficio de Tinieblas de Semana Santa (1731) y algunas pinturas al óleo: un retrato del obispo Siuri (1747), un San Jerónimo (s. XVIII), una tabla de San Blas y San Bernardo (s. XVI?), etc.

Una segunda habitación fue dedicada a exponer la orfebrería de la Basílica, así como los mantos de la Virgen: el brochado, el azul y el morado, todos del siglo XVIII, y el «de las Conchas», de 1917. Se mostraba también el terno que usó el obispo de Orihuela José Tormo en la consagración del templo el 3 de octubre de 1784, el copón de plata dorada en el cual repartió la comunión en dicha celebración y la espléndida corona que el mismo prelado donó a la Patrona de Elche unos años más tarde. También, la arqueta eucarística con ostensorio que, datada a finales del siglo XVI, constituye uno de los objetos más antiguos conservados en Santa María.

El museo contó con la colaboración del Patronato del Misterio de Elche, que acondicionó a sus expensas la tercera de las salas con el fin de intentar explicar mediante objetos, cuadros e imágenes las principales características del drama asuncionista. Para ofrecer una idea aproximada de la obra sacra en una época en la que los medios audiovisuales eran muy escasos, se colocó en la parte más destacada un conjunto escultórico formado por seis apóstoles —entre ellos San Juan y San Pedro— de tamaño natural y vestidos con trajes de la representación, que figuraban portar a hombros la camilla procesional de la Virgen, simbolizando la escena del entierro de María. En dicha camilla fue situada yacente una réplica de la Patrona ilicitana, concebida para suplir a la titular en los Ensayos Generales del Misterio y en las romerías de la Venida de la Virgen. Esa talla fue realizada por el escultor José Sánchez Lozano, mientras que las figuras de los apóstoles salieron de la gubia del alicantino José Gutiérrez Carbonell. La muestra se completó con instrumentos musicales del Araceli en desuso, un óleo inspirado en la Festa de Sixto Marco y una vitrina con documentos procedentes del Archivo de la Basílica y otros —como los cartones y libretas de los cantores de la Festa— cedidos temporalmente por el Archivo Municipal.

Desgraciadamente, las circunstancias hicieron que este museo no llegase a funcionar con normalidad. Su entrada a través de la sacristía del templo, con la consiguiente alteración de la vida litúrgica de Santa María, la complejidad de su acceso a través de una elevada escalera y la falta de recursos económicos, fueron paralizando su actividad. La construcción de la Casa de la Festa en 1988 decidió al Patronato del Misterio el traslado a la misma de los objetos y enseres de su propiedad. Con algunos de estos objetos trasladados, otros confeccionados ex profeso y un audiovisual explicativo, se creó en agosto de 1997 el denominado Museo Municipal de la Festa que ocupa ahora mismo la ermita de San Sebastián y una parte de la Casa de la Festa adjunta.

Por otro lado, los fondos artísticos de la Basílica fueron declarados «Colección Museográfica Permanente de la Comunidad Valenciana» en diciembre de 1999. Y algunas de sus piezas más notables fueron  restauradas y utilizadas en muestras temporales como «El Barroco en tierras alicantinas» (1993), «La Luz de las imágenes. Orihuela» (2003-2004) y «La Faz de la eternidad» (2006-2007). El 1 de agosto de 2008 era bendecido e inaugurado el Museo de la Virgen de la Asunción, Patrona de Elche, que, gracias a la iniciativa del rector de la Basílica, monseñor Antonio Hurtado de Mendoza, de algunas de las Camareras de la Virgen de la Asunción, constituidas en Junta Conformadora, y a la generosidad de instituciones y particulares, comenzó su andadura ampliando la oferta cultural y turística de la ciudad. Está situado en el llamado «Cuarto del Pozo» o antiguo vestíbulo de la Capilla de la Comunión y muestra a los visitantes gran parte de los elementos del antiguo Museo de Santa María, especialmente el rico patrimonio artístico e histórico de la Patrona de Elche. Con una instalación moderna y adecuada a las directrices museísticas actuales y con el respaldo de la Diócesis de Orihuela-Alicante, se han eliminado los impedimentos físicos y de funcionamiento existentes en las antiguas dependencias. De hecho, el Museo de la Virgen nació con la vocación de convertirse en un instrumento importante dentro del diálogo entre fe y cultura, en un centro que alcance a rentabilizar cultural y catequéticamente sus propios fondos, así como la historia de la Basílica de Santa María, parte fundamental e irrenunciable de la historia ilicitana

Las salas existentes sobre la sacristía del templo, que han sido archivo, oratorio, almacén, taller durante la restauración de la posguerra y museo, darán ahora un nuevo servicio, puesto que, convenientemente habilitadas y dotadas de los pertinentes sistemas de seguridad y conservación, están en proceso de convertirse en almacenes de aquellos objetos no expuestos, en depósito del rico Archivo Parroquial Histórico (con documentación comprendida entre 1294 y 1954) y en sala multiusos para albergar cómodamente a los investigadores y a las propias Camareras en sus tareas habituales.

Bibliografía básica:

Anna M. Álvarez Fortes y Joan Castaño García, El Archivo Parroquial Histórico de la Basílica de Santa María de Elche, Elche, Ayuntamiento de Elche, 1996.

J. Castaño García y M. Gertrudis Jaén Sánchez, «El Museo de la Virgen de la Asunción, Patrona de Elche: instalación técnica y discurso expositivo», Facies Domini, 3 (2011), p. 325-356.

El manto de «las Conchas»

Con ocasión del Año dedicado a los Hermanos Ibarra, el Museo de la Virgen destaca de entre sus fondos el manto llamado de la Venida de la Virgen o de «las Conchas», diseñado por Pedro Ibarra y Ruiz en 1917.

El manto fue sufragado con el legado testamentario de Antonia Serrano Franco y llevado a cabo por su sobrina Antonia Ruiz de la Escalera de Cisneros. El proyecto fue aprobado por el obispo de Orihuela Ramón Plaza Blanco, que lo recomendó al arcipreste de Santa María, José Luis Martínez Gómez.

Ibarra adornó la vestidura con un impresionante conjunto de símbolos marianos inspirados en las Sagradas Escrituras, en la Letanía Lauretana y en la misma tradición local, con un programa iconográfico que explicó detalladamente en un folleto editado al efecto. En el vestido está simbolizada la tradición de la Venida milagrosa de la imagen de la Virgen a Elche en 1370 por medio de un arca en forma de pequeño barco dirigida por la Fe y con la inscripción «Sóch per a Elig». El manto cuenta con una gran cantidad de alegorías marianas: una águila imperial representa la Asunción de Nuestra Señora; unas abejas en campo de flores, la producción de miel que menciona el Cantar de los Cantares; cuatro estrellas son cuatro episodios de la vida de María: Nacimiento, Desposorios, Tránsito y Glorificación; cuatro palmas con corona significan el virginal Parto, la Purificación, la huida a Egipto y la pérdida de Jesús en el templo; cuatro monogramas marianos son cuatro motivos destacados en la historia de la Virgen: Madre de Dios, Belén, hallazgo de Jesús en el templo y el Calvario; también se observan unas ménsulas que sostienen cuatro figuras: la fuente sellada, el pozo de aguas vivas, el candelabro de Salomón y el pomo de perfumes. En la cola se representa la Natividad mediante unas flores y dos cornucopias; y también el escudo del apellido Franco, en recuerdo de la familia que sufragó la vestidura; arriba del mismo, un sol en medio de una corona de palmas verdes, simboliza la misma ciudad de Elche. Finalmente, en el cuello del manto se encuentra el origen de su nombre tradicional: cinco conchas de oro en recuerdo de los cinco siglos de la tradición de la Venida en el momento de la confección de la vestidura. Ésta se completó con dos sandalias fabricadas en los talleres de ornamentos sagrados Ruiz Belloso de Zaragoza. Las cintas de plata de estas sandalias, así como las figuras de la Fe y del sol que aparecen en el vestido y en la cola del manto, respectivamente, son obra del orífice Manuel Balaguer, también de Zaragoza.

El conjunto, que consta de manto, vestido, dos mangas, dos sobremangas y dos sandalias, todo a juego, fue bordado por la ilicitana Mariana Valero Agulló (1859-1918), maestra bordadora, que fue auxiliada por Concepción Vidal Pomares y Manuela Sánchez Aznar, también de Elche. Se estrenó en las fiestas de la Venida de 1917 y desde entonces se ha convertido en el manto de gala de la Patrona de Elche. En 1970, dado su estado de deterioro,  las Adoratrices de Valencia trasportaron sus bordados a un nuevo tejido. Y en 2008 el Instituto Valenciano de Conservación y Restauración de Bienes Culturales realizó una restauración íntegra cuyos resultados pudieron contemplarse en una exposición realizada en La Calahorra. La imagen de la Virgen sigue siendo vestida con el manto de «las Conchas» en sus solemnidades extraordinarias y, fundamentalmente, en el ciclo navideño que incluye las fiestas de su Venida a la ciudad.

La Insigne Basílica de Santa María es el templo más destacado de Elche. Se trata del cuarto edificio religioso dedicado al Tránsito y Asunción de María que, según la tradición y los documentos conservados, se levanta sobre el mismo solar.

El primer edificio que ocupó el espacio fue la mezquita de la época musulmana que, consagrada al culto cristiano por el obispo de Barcelona Arnau de Gurb tras la conquista de la ciudad por Jaime I de Aragón en 1265, se mantuvo en pie hasta el año 1334.  Fue sustituida por una iglesia de estilo gótico de la que únicamente sabemos que tenía, al menos, tres arcadas.

Hacia 1492 fue demolida y se construyó otra de estilo renacentista. En este tercer templo ya tenemos la certeza de que se representaba el Misterio de Elche y que tenía diversas capillas laterales pertenecientes a las familias nobles de la ciudad. En 1672, a causa de unos prolongados aguaceros que cayeron sobre Elche, se declaró en ruina y se proyectó la iglesia barroca actual. Los planos fueron realizados por el arquitecto de origen genovés Francisco Verde y las obras, que se prolongaron durante más de cien años, estuvieron dirigidas por diversos arquitectos, como Pedro Quintana (1674-1678), Juan Fauquet (1685-1720), Fray Francisco Raimundo (1720-1727), Marcos Evangelio (1753-1767), Lorenzo Chápuli y José González de Coniedo  (1783-1784).

Destaca la participación del escultor Nicolás de Bussy, natural de Estrasburgo, que trabajó también en Valencia, Orihuela y Murcia. Es el autor de la portada-retablo que adorna la puerta Mayor de la iglesia (1682), dedicada a la Asunción y Coronación de la Virgen, considerada como una de las muestras más relevantes del barroco levantino. Del mismo autor es la puerta de San Agatángelo, en la base del campanario (1680), dedicada al copatrón de la ciudad, martirizado en la persecución de Diocleciano (s. IV).

La Basílica de Santa María tiene planta de cruz latina. Presenta una nave principal con bóveda de medio punto y dos laterales de menor dimensión, donde se abren las capillas laterales, cuatro por cada lado. La capacidad del templo se amplía con los balcones y corredores de la primera planta, adornados con molduras talladas en piedra de especial belleza y dificultad.

La primera piedra de este templo fue colocada en la base del primer pilar de la derecha, conforme se entra por su puerta Mayor, en una ceremonia que tuvo lugar el 2 de julio de 1672. Su cúpula fue rematada en 1727 y la iglesia, tras algunos períodos de inactividad por falta de recursos económicos, fue consagrada el 3 de octubre de 1784 por el obispo de Orihuela, José Tormo. El mismo prelado le concedió el título de «Insigne» en 1789. Y en 1951 el Papa Pío XII la elevó a la dignidad de Basílica Menor. Además, es el único templo del mundo católico que ostenta el privilegio de poder albergar en su interior una representación teatral, como es el Misterio de Elche, privilegio concedido por el Papa Urbano VIII en 1632, que aseguró la pervivencia del drama ilicitano hasta la actualidad.

La iglesia ha sufrido dos grandes restauraciones. La primera entre 1902 y 1905, fue dirigida por el arquitecto ilicitano Marceliano Coquillat y Llofriu y en ella se desmontó la cúpula y se repararon las  grandes grietas que amenazaban el edificio. La segunda, a partir de 1939, fue dirigida por el también arquitecto ilicitano Antonio Serrano Peral como consecuencia del incendio sufrido en los meses anteriores a la Guerra Civil (1936-1939). De ahí que la gran mayoría de las imágenes y los elementos cultuales sean posteriores a esta contienda.

La cúpula, situada a 25 metros de altura, se sustenta sobre pechinas decoradas por el escultor José Artigues (1727). Esta cúpula se transforma cada verano en el cielo del Misterio de Elche, una representación de origen medieval en la que se escenifica la Muerte, Asunción y Coronación de la Virgen María. Es  totalmente cantado en valenciano y se vale de una compleja tramoya para escenificar las apariciones de los ángeles y la Asunción de María. Es la única escenificación de sus características que se ha mantenido viva desde la Edad Media hasta nuestros días. Fue declarada Monumento Nacional en 1931 y Patrimonio Inmaterial de la Humanidad en 2001.

En el presbiterio del templo destaca el altar mayor sobre el que se levanta el tabernáculo o expositor, construido en Génova en 1742, según el diseño de Jaime Bort, conjunto de gran belleza, aunque en  1936 perdió gran parte de su decoración. Por su parte, el retablo mayor, de madera tallada y dorada, imita al original. En su centro se abre el bocaporte del camarín o capilla de la Virgen de la Asunción, sin duda el centro devocional de la ciudad. La actual imagen de la Patrona de Elche fue tallada en 1940 por el escultor valenciano José Capuz para reponer la original. Cuando la imagen de la Virgen está ausente del camarín, el bocaporte se cubre con un lienzo que representa la propia figura de la Patrona de Elche realizado en 1940 por el pintor local Francisco Rodríguez S. Clement.

El deambulatorio o trasagrario contiene cuatro grandes hornacinas y tres altares dedicados en su mayoría a imágenes de la Semana Santa ilicitana, entre las que destacan la de Jesús Nazareno con la cruz a cuestas; atribuida a Nicolás de Bussy (finales del s. XVII) y la de Cristo Resucitado, realizada en 1790 por el escultor valenciano José Esteve Bonet y donada a la iglesia por el obispo José Tormo.

La Capilla de la Comunión fue la última parte de la iglesia en ser construida. Se concluyó en 1784, es de estilo necoclásico, tiene forma de cruz griega y cuenta con una elegante cúpula. Aunque la mayor parte de su decoración fue reconstruida en la posguerra, son originales las tallas de los cuatro evangelistas.  También son originales de la época de la construcción del templo los muebles e imágenes de la sacristía, entre las que destacan un Cristo crucificado y las pequeñas imágenes de San Juan Nepomuceno y San Francisco de Paula, éstas últimas de José Esteve Bonet (1781). En una estancia interior, antigua capilla de San Pedro, destacada por su singular bóveda plana adornada por un gran anagrama de María, se conserva la urna o sagrario para el Monumento del Jueves Santo, pieza rococó tallada por el escultor ilicitano Ignacio Castell en 1760.

Con una elevación de cuarenta metros el acceso a la torre o campanario permite obtener la mejor vista panorámica de la ciudad rodeada de palmeras, que fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad en 2000. La impresión que causó tal visión al rey Amadeo I en 1871 hizo que otorgara a Elche el título de ciudad. De planta cuadrada, con tres tramos y tres estancias ocupadas con fotografías y explicaciones del templo, sostiene cuatro campanas construidas en los siglos XVII y XVIII y cuyos nombres, de menor a mayor, son Ave María, Bárbara (refundida en 1984), «Dijuny» o del Ayuno y María de la Asunción. Estas campanas, además de llamar a los cultos parroquiales, intervienen en el Misterio para enfatizar las aperturas del cielo y el momento culminante de la Coronación de la Virgen. Desde lo alto de esta torre es lanzada en la medianoche del 13 de agosto una gran palmera de fuegos artificiales, llamada la «palmera de la Virgen», que culmina la «Nit de l’Albà», acto festivo que inicia tradicionalmente la celebración asuncionista ilicitana.

PUERTAS

I.- Puerta Mayor

II.- Puerta de San Agatángelo

III.- Puerta del Órgano o del Congreso Eucarístico

IV.- Puerta de la Comunión o del Santísimo

V.- Puerta Chica

VI.- Puerta del Sol

VII.- Puerta de la Resurrección o (erróneamente) de San Juan

A.- Puerta del campanario

 

INTERIOR

1.- Imágenes de Jesús Triunfante (Talleres de Olot, 1945) y de Santa María Magdalena,  Cristo de la Agonía y María Santísima de la Amargura (Valentín García Quinto, 1984,  1987 y 1992, resepctivamente).

2.- Vestíbulo de la puerta de la Resurrección

3.- Capilla de San Josemaría Escrivá (Agustín de la Herrán, 2003)

4.- Capilla de las Benditas Almas del Purgatorio (Salvador y Román, 1955)

5.- Baptisterio (Pila bautismal de mármol de Carrara, s. XVI)

6.- Vestíbulo de la puerta de San Agatángelo

7.- Imagen de San Juan Evangelista (José Sánchez Lozano, 1947)

8.- Capilla de San Agatángelo (Vicente Rollo, 1957)

9.- Altar de San Rafael (Román y Salvador, 1950)

10.- Altar de San José (Octavio Vicent, 1952)

11.- Presbiterio

12.- Imagen de San Martín de Porres (Valentín García Quinto, 1975)

13.- Imagen de Jesús atado a la columna (Luis Marco Pérez, 1940)

14.- Altar de San Francisco Javier (José Sánchez Lozano, 1948)

15.- Escalera del órgano

16.- Imagen de María del Mayor Dolor (José Sánchez Lozano, 1947)

17.- Imagen de Jesús Nazareno (Nicolás de Bussy?, s. xvii)

18.- Altar del Cristo de la Misericordia (Juan García Talens, 1942)

19.- Imagen de Jesús Resucitado (José Esteve Bonet, 1790)

20.- Vestíbulo de la puerta Chica

21.- Capilla de la Comunión

22.- Museo de la Virgen

23.- Sacristía de la capilla de la Comunión

24.- Pasillo interior

25.- Sacristía

26.- Sacristía auxiliar

27.- Escalera al camarín, balcones y archivo

BIBLIOGRAFÍA BÁSICA:

Joan Castaño García, Guía de la Arciprestal e Insigne Basílica de Santa María de Elche, CAM Fundación Cultural, Elche, 1994.

Marceliano Coquillat y Llofriu, Proyecto de reparación de la Insigne Iglesia Parroquial de Santa María de la ciudad de Elche, epílogo de Pedro Ibarra y Ruiz, Barcelona, 1903.

Javier Fuentes y Ponte, Memoria histórico-descriptiva del santuario de Nuestra Señora de la Asunción en la ciudad de Elche, Tip. Mariana, Lérida, 1887.

Pedro Ibarra y Ruiz, Historia de Elche, Alicante, 1895 (ed. facsímil de M. Pastor, Elche, 1982).

Rafael Navarro Mallebrera, Los arquitectos del templo de Santa María de Elche, CAPA, Alicante, 1980.

Inmaculada Vidal Bernabé, La escultura monumental barroca de la diócesis de Orihuela-Alicante, Alicante, 1981.

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